El Modernismo toca el tema de lo sensual y lo erótico nuevamente, pero con un roce característico del movimiento: cargado de un esteticismo en formas, líneas y colores. Un ejemplo claro es la obra de Gustav Klimt (1907) donde muestra una Danae encerrada en sí misma recibiendo la lluvia dorada, y pareciera que se deleita, que se maravilla con la misma.
Mas adelante, el tema vuelve a ser tocado pero esta vez por Matisse, quien pinta una Danae con un estilo fauvista utilizando el desnudo de la mujer. En ella se ve la eliminación de la forma y la creación de contrastes mediante los colores. De esta manera, se intenta llegar a una belleza basada en la forma y el colorido.
Ya por el siglo XX en el expresionismo pictórico, Lovis Cirinth y Frank Stuck pintan nuevamente una Danae próxima a la sexualidad, donde las líneas y formas se muestran casi de un modo exagerado, caricaturesco, originando una expresividad sexual de la figura.
